Aceite de salmón. Es excelente regulador de los niveles de glucosa en la sangre, fortalece los huesos y dientes. Mejora los niveles de concentración y aprendizaje.
DHA. Contrarresta los niveles altos de colesterol en la sangre, además regula los triglicéridos.
Aceite de lino. Mejora la circulación sanguínea y limpia la sangre. Aumenta las defensas, ayuda a tener una circulación interna más rápida.